¡Hoy nos hemos levantado con muchas energías! Después de prepararnos y ordenar nuestras habitaciones para el agrado de los duendecillos que nos premian, hemos ido a desayunar. Cuando ya habíamos alimentamos nuestro cuerpo, pasamos a alimentar, como cada mañana, nuestro alma con una preciosa devocional y unas oraciones recitadas por varios niños.
En las clases de la mañana hablamos un poco sobre la vida de Munírih Khánum, la esposa de ‘Abdú’l-Bahá; y sobre su hermano pequeño, Mírzá Míhdí. Además en la otra sesión continuamos aprendiendo sobre la Revelación Progresiva.
Después de comer, preparamos todo para ir de excursión… ¡al lago! Además teníamos una misión muy importante que cumplir ahí. La hija de la familia X, Aurea, había venido de un futuro cercano, y nos había dicho que la veríamos en la excursión. Nos dijo que debíamos convencerla de que lo mejor era volver el futuro, o si no todo lo que conocemos desaparecería y se destrozaría.
Además de eso, en el lago hicimos muchísimas cosas más. Lo pasamos de maravilla, merendamos allí y pudimos hacer divertidos juegos entre todos. También ocurrió algo muy inesperado, mientras estábamos en el lago vimos un pez atrapado que necesitaba estar en el agua para sobrevivir. Apoyando a uno de nuestros monitores, Gabi, logramos rescatarle y llevarle a un lugar mucho más seguro. ¡Qué bien nos sentimos al haber podido colaborar en salvar una pequeña vida!
Al volver del lago nos duchamos y fuimos a cenar. Nos esperaba la última noche de talentos de la escuela, en la que una vez más impresionamos al divertidísimo jurado con nuestras asombrosas habilidades. Después de cantar la canción de la escuela, poco a poco nos fuimos yendo a dormir, después de hacer nuestras oraciones ¡ha sido un día agotador!