4 de Julio – Día 6

Esta mañana nos hemos levantado con muchísimas energías, dispuestos a disfrutar al máximo el último día completo de la Escuela. Recogimos todo bien y una vez más, tras alimentar bien el cuerpo pasamos a disfrutar de la preciosísima devocional que nos preparaba Shirín con todo su amor cada mañana.

Después tocaba aprovechar al máximo las dos últimas sesiones de clases de esta Escuela. En la primera sesión nuestros maestros nos hablaron del papel tan importante de ‘Abdu’l-Bahá  después de la ascensión de Bahá’u’lláh,  como centro de la alianza, y de cómo siguió todas las instrucciones de su Padre.

En la segunda  sesión disfrutamos hablando de la unidad de la humanidad, la paz Universal, y la abolición de los prejuicios, temas, todos ellos, sin duda muy importantes hoy en día.

Después de comer tuvimos un ratito para jugar, descansar y coger helados y patatas con los puntos que nos habían dejado los duendes por nuestra increíble excelencia.

A continuación pasamos al salón y nos divertimos cantando un par de canciones antes de… ¡grabar como auténticos profesionales la canción de la Escuela de este año!

Después tuvimos la última sesión de talleres de la Escuela, y nos divertimos muchísimo haciendo papiroflexia, manualidades, fotografía, música, danza, teatro… ¡cuánto hemos aprendido en estos talleres este año!

Tras la merienda tuvimos la foto oficial y este año ¡con las gorras puestas!

Después de cenar nos esperaba la grandísima noche de disfraces. Nos disfrazamos de las formas más originales y divertidas posibles y fuimos todos al salón, donde nos encontramos a Yanira, que, tras el fracaso de su plan para volver al pasado, decidió ser veraz y confesar toda su culpa. La jueza Demiurgo al final se dio cuenta de que debía perdonar a su hija, ya que la veracidad es una gran virtud y es “la base de todas las virtudes humanas”, y además se había quedado sorprendidísima con el esfuerzo que todos nosotros habíamos hecho a lo largo de la semana por mejorar el mundo, y nos dijo que depositaba su confianza en nosotros, y que nos creía capaces de crear para el mundo un futuro mejor. Para nuestra sorpresa, decidió darle todo su poder a su hija Yanira, confiando en las nuevas generaciones. A continuación y con esta buenísima noticia, nos preparamos para bailar, reír y disfrutar todos en la alucinante fiesta de disfraces.

Con toda esta emoción y esta última noche en la Escuela de niños, nos fuimos a dormir agotadísimos, pero muy contentos por todo lo que habíamos hecho, aprendido y disfrutado durante todos estos días. ¡Qué pena que ya se acabe!

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