¡Hoy nos hemos levantado con más energías que nunca! Teníamos que aprovechar este grandísimo y último día completo de la Escuela de niños 2016. Después de ordenar nuestras habitaciones y dejarlas completamente brillantes, pasamos a alimentar, como cada mañana, nuestro cuerpo y nuestra alma, esto último a través de una preciosa devocional en la que conseguimos un ambiente realmente mágico, cada día superándonos.
A continuación pasamos a la última sesión de nuestras respectivas e increíbles clases, donde pudimos aprender más en profundidad sobre El Báb y Bahá’u’lláh en el contexto de la Revelación Progresiva, además de hacer juegos, aprender memorizaciones y repasar todo lo que habíamos aprendido a lo largo de la Escuela.
Después de comer los niños tuvimos la oportunidad de hacer una grabación profesional de la canción de la Escuela, donde nuestras voces se unieron de manera increíble formando una preciosa melodía juntos.
Los talleres de por la tarde fueron divertidísimos. En el taller de manualidades, con Gabi y Nara, pintamos con los dedos palomas de colores; en el taller de danza seguimos ensayando ese brillantísimo baile que estamos preparando; y en el taller de música, con Omid y Javi, aprovechamos para cantar diversas canciones de manera muy amena y divertida.
Luego nos esperaba algo muy especial, fuimos al salón para ver Zootropolis, una película que nos gustó muchísimo a todos, y además pudimos merendar mientras la veíamos. Algunos niños que habían comprado servicios con sus puntos, pudieron ayudar pintando el bordillo de una zona del recinto que estaba un poco desgastado. Nos lo pasamos super bien con pintura por todos lados, ¡y encima estábamos sirviendo al mismo tiempo!
Después pasamos a nuestras habitaciones para disfrazarnos, ya que nos esperaba un programa nocturno muy divertido. Tras la cena pasamos al salón, donde nos visitó la familia X una vez más. Estaban muy preocupados, pero Aurea y la científica Salomea nos contaron que tenían la solución: el señor del tiempo, que había muerto a causa de las distorsiones que se habían producido por los viajes en el tiempo, ahora debía ser Hamlet. La familia, orgullosísima de su hijo, y ahora más tranquila; nos dio las gracias por haberles podido ayudar a resolver semejante misión y crear un mundo y futuro mejor entre todos. Cuando se fueron, comenzamos a bailar como locos, saltando y cantando sin parar con nuestros chulísimos, originales y divertidísimos disfraces. ¡Qué pedazo noche más mágica!
Agotados, nos fuimos a dormir y descansar después de unas bellísimas oraciones. ¡¡Mañana llegan los padres, y qué de cosas tenemos que contarles!!