Esta tarde, todavía con energías a pesar de las muchas cosas realizadas por la mañana, empezamos los talleres. Nos dividimos en 4 grupos, repartiéndonos entre los distintos talleres:
Teatro Musical (impartido por Nasim Taefy y Laura Santos): En este taller comenzamos a aprender el maravilloso teatro que representaremos el último día, además de algunas de las canciones (y sus estupendos bailes) de esta obra.
Taller de Manualidades (Beatriz Sabariego y Pedro Camacho): En este divertidísimo taller aprendimos cómo hacer alucinantes máscaras de escayola. (Véanse las fotos)
Taller de Música (Badí Leyva y Daniel Mantas): En este cantamos (y bailamos), pasándonoslo en grande, diversas canciones; además de la canción de esta Escuela.
Taller de Luthier (Tati de Nardis y David Velicka) : En este taller aprendimos cómo hacer maravillosos instrumentos musicales con objetos de uso cotidiano. Así mismo aprendimos a reciclar y a cómo darle otro uso a las cosas antes de tirarlas. ¡Hoy hicimos unos instrumentos alucinantes usando trocitos de madera y chapitas!
Taller de Nutrición y Salud (Mª Jesús Rodríguez) Hoy no tuvimos este taller, ya que sólo es para los mayores de la Escuela, que se reparten entre los talleres de Teatro-Musical y de Nutrición y Salud.
Después de estos divertidísimos talleres cenamos. Recargamos un poco las energías para entrar al Programa Nocturno (Noche de Talentos), donde nos esperaban muchísimas sorpresas:
En primer lugar entró nuestro querido Capitán Palpatin, diciéndonos que habíamos aterrizado en el planeta “Espejo”, donde nos esperaba la muy famosa Emperatriz Mirame. La conocimos a esta, y a dos de sus sirvientas; descubriendo que debíamos intentar que desarrollar la virtud de la humildad. Después de mostrarle nuestros maravillosos talentos y conocimientos (le enseñamos las máscaras del taller de manualidades, los instrumentos del Taller de Luthier, le cantamos canciones del taller de Música, etc.); por fin cedió a ayudarnos a encontrar el planeta Mimi-Sión.
Tras todo este ajetreo el capitán nos dijo que nos marchásemos a los camarotes a descansar para el largo día que nos esperaba mañana. Con la ayuda del robot, quisimos hacerle reír, ya que la alegría es una virtud muy importante que nuestro querido capitán aun no ha logrado desarrollar; pero en esta ocasión no lo conseguimos.